domingo, 20 de septiembre de 2009

ELEMENTO CINE: "Lie with Me" (2005)


Cada quién ve las películas como quiere, decía un amigo cinéfilo. Es verdad...
Por esas cosas del cable me topé con esta tremenda cinta de amor y lujuria inmadura en los tiempos que corren. Y por el encasillamiento de sus primeras escenas fue imposible hacerle el quite. No pretenderé entregarles una visión crítica con sazones de contundencia. Podría, aunque no postié por ello, ni me interesa y por último, para eso está google. En honor a la verdad, los juicios especializados -le linkié tres- distan mucho de la interpretación atrapante que me cautivó con sus pasajes de inicio.
Lie With Me debe ser una de las cintas más frontales, específicas, chocantes y sin filtro que un espectador de cine bien hecho y con jinetas pueda encontrar en alguna videoteca. Directa como pocas, atrevida, impúdica -aunque no en los tópicos que algún conservador suele argumentar- y eficazmente identificatoria.
Es harto constante el uso de escenas de sexo casi explícito, dejando poco a la imaginación y valiéndose de dicha exposición veraz como vehículo obsceno. Jamás repugnante, ni asociado al porno o reñido con la delicadeza fílmica.
Pero acá voy con la idea original, la que impacta de entrada con la escena de Lauren Lee Smith (Leila) masturbándose en su sillón mientras mira un video xxx. Es imposible no asociar el molde a una clase de chica actual, "de mujer-hombre", que vemos seguido en esa búsqueda impertérrita de amor a como de lugar, jugando a la ruleta rusa con la idea que de tanto probar -mientras más, mejor- alguna vez darás con la pareja que cuaje con tus necesidades, que espante tus inseguridades, que acompañe tus soledades, que evapore las dudas y se abstenga de los juicios.
Una clase de mujer-niña que te encuentras más a menudo de lo que quisieras, o más bien, de lo que puedes llegar a soportarlas. Las clasificables, las que de seguro ves sumidas en tiempos de individualismo que expropian ciertos grados de apego y madurez emocional, lo que tarde o temprano las hará caer en la moneda de cambio que canjea sexo por aceptación.
De creer -oscuramente casi siempre- que esa manera de convivir con el género masculino
está mal habida, que es sucia y manoseable costumbre, que las desmerece, que cumplen sólo con el requisito del amor express cuando precisamente se trata de lo otro. De búsqueda de amor, de sentirse queridos.
Esta película habla del proceso que vive una chica de esas. De cuánto entienden las relaciones por los nexos de la carne por sobre los del sentimiento, de cómo aprendieron a relacionarse con el formato más lascivo, cómo perciben agradar a los demás mediante la cópula y la experimentación, de la manera en que algún encuentro les hace replantear sus verdaderas carencias, del proceso que lleva entenderse a sí mismo y el salto gigante que genera esa autolectura tan vehemente.

En una de las tantas escenas de esta pareja que se atrae como imanes en una sala, ella piensa un diálogo estremecedor mientras se aleja sabiendo que necesita estar con su par, agradarlo, apropiarse de él y satisfacerlo: "Desearía estar con cinco hombres a la vez para que pudieras verme"...
Chequéenla. Capaz que se acuerden de alguien.