lunes, 20 de julio de 2009

ELEMENTO OPINIÓN: La ruta del baby shower

Lo hacen con "la segunda"...
Ya me habían metido susto con el sentir que te agobia cuando ves a la ex cargando una lustrosa güata de embarazada y te das cuenta que pudo ser tuyo. Uf! Carcome el clamor de los buenos tiempos saliendo a ventearse, te imaginas el filme propio de papá sorteado, que sientes celos más cierto y muy breve duelo de vientre, en fin... Puras mentiras.
No me generó nada más que un frío y hasta cínico "ohhh, qué bonito". Porque claro, será que en e
l caso de los solteros pro, las ex no se van con ticket de repesca o los ciclos, mal o bien, uno aprende a cerralos y ya. Entonces lo que pase después es como la noticia del segundo bloque en el noticiario de las 9 PM.
Pero ellas como que gozan ese minuto. El de ir a monearte la guagua en víspera como si se tratase de una venganza tácita, un mensaje oculto que te sobajean en el oído casi diciéndote "tú no pudiste pero yo encontré quién pudo conmigo". Ja, como si en este caso el poder tuviese cabida y la
rebozante panzona no entiendera que uno a lo sumo no quiso, por más que el discurso sea distinto en su momento. Esa parte de la seducción que el manual consigna como efectiva y que es a prueba de desmentidos. A ellas les gusta fantasear con la idea...
Lo malo del asunto es que uno extiende la cabida del "yo social" y le pone un poco más del color necesario. Esa felicidad aparentemente por tamaña novedad es el peor error que se comete. Porque das pie a que la restregada no sea completa por parte de la futura madre, ella espera que te genere algo, no acepta tu sonrisa ante tal protuberancia abdominal, no le cabe tu alegría por más que no te pertenece el gen de la criatura y ve con desdén tus buenos deseos ante el resultado de los embates pélvicos de otro tipo que ni conoces.
Ahora, que te inviten al baby shower suele ser una declaración de paz, de presumirte los entornos, de subrayar la evolución, la dulce espera gatillada por el anticonceptivo fallido o el gol de mediacancha. Y uno va. De gil. Total es una experiencia nueva, dice.
Créanme que no. Es toda una jungla.
Comenzando por el nombre: BABY SHOWER. Es como la mezcla perfecta de babysitter con shower door, el sueño erótico de todo hombre casado según dicen -como soy soltero, no sé mucho qué significa hacerla escondida y turbia... por ahora- y puedo llegar a entender tal perversión. Lo demás, en la previa se ve inverosímil, total llevar un regalo puede complicarte si te lo tomas muy, muy en serio. Para los que no, hay tiendas especializadas, amigas paleteadas o buscadores de internet que disfrazan el desgano.
Ahora, el evento mismo, cabros, es el que tiene ribetes de zoológico con olor a Hipoglos y colonia Simond's.
Primero, para lidiar con la parte cáustica de la fiesta. La ex que te presenta con caras múltiples dependiendo de quién esté al frente -te ningunea, te vanaglorea, te ofrece, te hace propaganda, te destruye o te omite-, el feliz futuro padre que cada vez que te ve cerca de la alumbrada pone cara de perro, los amigos de este con tal semblante que parecen estarte esperando para protagonizar una pateadura y finalmente, las amigas de ella indagando aguda y críticamente en tu vida personal, como si no ligarse a la festejada sea tu mayor fracaso en la vida...
La parte feliz tendrá niños fregados que cada cinco minutos te interrumpirán para alguna estupidez, uno que otro tío en cuarto grado muy fan del copetengue que será vital para indagar dónde encontramos algún bebestible que no sea más sano que un yoghurt, el amigo-cuñado-acompañante mangoneado de la amiga de la amiga de la dueña del jolgorio que, al no tener velas en el entierro suele agarrar confianza con el pasar de la tarde y media hora después ya te discute sobre el verdadero aporte de Bielsa en la selección...

Hasta allí todo bien, mientras no te tocan el Alfie que todos llevamos dentro. Porque falta un rebaño en esta particular reunión que conmemora al dichoso feto que ni asoma la nariz. Las solteras buscando macho, progenitor, semental, proveedor... Digo, nada como la mujer es mi fiolosofía pero, a nivel de consejo, ni se les ocurra buscar pareja en un
baby shower como claustro de cupido. No resulta, la naturaleza hace bien su pega, las chicas muestran su potencial de madres y nosotros tendemos a marcar diferencia sostenida entre los que ya cayeron y los que aún sobreviven. Así de crudo...
Y el segmento femenino ese tiene tres clasificaciones claramente distinguibles. Las aprehensivas en el amor que tuvieron pareja y se les escapó implorando aire ante evidente asfixia, las que pusieron todos los huevos en la canasta del desarrollo profesional y cuando se acordaron del "item guagua" ya tienen el reloj biológico jugando los descuentos y un tercer grupo. Ese que, independiente de edad, clase o historia de vida se mueve en el discursillo de "tener un bebé no es tema para mi" pero apenas cruzan un pilucho, una muda, una cuna o un babero ponen tal
cara de tierna añoranza que se delatan solas. No ceder a ninguna de semejantes "tentaciones" -creo- debería enseñarse en los colegios de hombres como materia obligatoria...
Lo bueno es que en tan particular Arca de Noé siempre habrá una buena razón para escaparse, para dejar al joven serio y buen samaritano de lado -aunque la ex te siga pelando por el resto de la fiesta- y darle paso al yo más mundano, el que preferirá un buen trago con la chica que dejó su regalo en tan mamona conmemoración, se paseó por toda la sala con falda apretada y maquillaje insolente demostrando su necesidad de salir de ahí y sin querer queriendo se viste de hada madrina del Viva la Vida Loca...
Una que entienda que a veces es menos complicado pasar el rato sin eternas proyecciones sociales... Como suele transformarse el dejar de ser dos para asumir ser tres.