jueves, 19 de mayo de 2011

El círculo

Ya lo sé. Si algo tiene de malo esta ciudad es que no importa cuán grande sea. Todos se reúnen en los mismos sitios, van a los mismos eventos, se mueven en las mismas estaciones de metro, frecuentan las mismas instancias de vida que uno. Es un micromundo en esta majamama tan mentirosamente global. Y en esas circunstancias es bien fácil encontrarse gente. Gente que te retrotraiga situaciones o momentos. Gente que me hable de ti.
Es extraño enterarse de tus avances, de tus logros, de tu estabilidad. No porque no la esperase. Menos porque no crea que la merezcas. Me asalta la duda de la concreción. Me cuestiono saber por qué sigues hablando de planes cuando en el papel tienes todo resuelto. ¿No será que estás esperando algo más de la vida que te hace rehuír?
¿Sabes? Yo también lo intenté como te prometí alguna vez. Tuve un par de ilusiones recientemente. Incluso, alguna en la que aposté muchísimo y puse mis fichas como nunca antes. Jugué las mejores cartas, las que no usé contigo. Y hace unos días me di por vencido, por ese mandamiento que ya conoces. No te condenes a vivir a medias por sentir que esa mitad que tienes te hace suficientemente bien. Es raro porque dentro de ese intento alguna vez hablé de los círculos no resueltos, los pendientes del pasado.
Mi certeza dijo que siempre cerré las historias cuándo y cómo corresponde. Sin darme ni dar segundas oportunidades. Pero en ese repaso me quedó la duda culposa de no saber si lo hice bien contigo. Si lo hicimos bien. Entonces, bastó cerrar este otro círculo de la manera más legible para entender que con nosotros no lo hice satisfactoriamente, ni tampoco lo exigí. Por contrapartida, me empeñé en preguntar qué pasó esa tarde para que aquella promesa de estar cerca del otro, pase lo que pase, nos hizo firmar un tonto pagaré en al aire, uno que rompimos ante el garante del despecho.

¿Y si lo hubiésemos intentado? La cobardía siempre cobra y a veces creo que tenemos una deuda que no se saldará con réditos de otras felicidades. O quizás sí. En una de esas, tal suma de redenciones sirva para equilibrar el vicio de engañar al corazón con las ecuaciones de la impresión.
Tengo una anécdota. En esos arranques citadinos del intento fallido que hoy me anoto y te cuento, asumo que estuve de paseo por ese centro comercial que indicabas como próximo a tu casa. ¿Lo recuerdas? Bueno, anduve súper cerca. Es un lindo barrio, te diré. Me perdí un poco en las coordenadas que olvidé en algún cuaderno extraviado. Pero aunque no lo creas, di con la micro que llevaba a tu puerta. Paradojas. Sólo cuando bajé de ella recordé el detalle de hacia dónde seguir. Y sólo en ese momento reincidí en la memoria y viniste a pasear de nuevo por mi cabeza.
En fin... Ya sé que te voy a encontrar por allí. Lo intuyo. Con tu abrigo largo y oscuro en invierno o tus faldas cortas y ajustadas que roban tantas miradas en verano. De la mano de él o quizás de otro. Probablemente echando mano a la cajetilla de cigarrillos que te consuela la ansiedad. Quizás acomodando tu pelo frondoso para que te oculte la sonrisa triste.
Puede que sea mañana o en muchos años más. No lo tengo claro. Lo siento. Pero si algo aprendí en estos días y a partir de un duro tropiezo, fue que ese círculo tendrá que cerrarse. Con algún abrazo, una historia, un saludo, un café o por qué no, un último desprecio...

Con lo que sea. Tú ya me conoces. Yo no dejo cabos sueltos...



4 comentarios:

Unknown dijo...

¿Y si la contraparte no desea cerrar ningun circulo porque siente que ya está todo dicho?

Eso pasa....a veces.

Y te pasas buena parte de la vida esperando la oportunidad de cerrar esa puerta y pierdes la ocasión de abrir otras...

Te vi por casualidad en twitter... te sigo.

Bezozzz

LaFeña dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Algo así como "dejad que las aguas corran", para luego darte cuenta que avanzaron tanto, perdiste tanto tiempo y ya no será más que un recuerdo..una huella que dejó marcas...
Me dio pena el escrito..punto.

PSYCHO - anon dijo...

uuuf, heavy mental.se me empañaron un poco los ojos..creo que es bueno, me hace acordar que tengo un corazón en lugar de una roca. es feo no poder cerrar historias, círculos o como quieras llamarlo. ojalá puedas hacerlo.