miércoles, 29 de octubre de 2008

ELEMENTO CINE: Todo un vidente...

Sí...
Ya que Stanley Kubrick se dio el lujo de reírse del establishment con su formidable "A Clockwork Orange", por qué no acomodar su visionaria cinta a los tiempos modernos, ¿no?
Yo diría que a esta secuencia la podemos bautizar como... ehhhhmmm...
"Y ELLA FUE FELIZ PARA SIEMPRE..."

miércoles, 8 de octubre de 2008

ELEMENTO INTRO: Búsqueda

Cuántos nombres, cuántas caras
Cuántos momentos, lugares, promesas y caretas
Te pedí señales y me regalaste castigos de artificio
Púlpitos de papel que se desmoronaron al primer soplo
Rogé porque aparecieras
Clamé en vano, pregunté qué hice mal

No sé qué más quieres, ni hacia dónde caminar en tu búsqueda
Apenas sé que te imaginé tanto como he creído verte por ahí
Una fé en vano, un rostro que mi mente conoce y mis ojos no dibujan
Un sueño tan simple que sucumbe en el mundo de las complicaciones
Una esperanza tan pura que se ahoga en el pozo de los defectos

Y yo, que parezco soldado de un ejército perdido
Sigo atravesando la avenida de las ilusiones con luz roja
Adivinando caminos para ver si me cruzas por la calle
Atento a ratos, desfallecido en otros
Creyendo aún...

Cuánto más, cuántos minutos más
Cuánta desilusión más para que tu regocijo entienda que es la hora
La de regalarme una tarde en el parque riéndonos de la vida que pasa frente a nosotros
La del reflejo inequívoco de paz en tus pupilas de clara quietud
Mi regalo, mi mundo irrenunciable, mi enigma y mi motor, mi esperanza, mi respiro, mi muerte diaria...

¿No crees que ya es hora de dignarte a aparecer?



miércoles, 1 de octubre de 2008

ELEMENTO FICCIÓN: DIÁLOGOS CITADINOS, “La llamada”


Veinte para las once de la noche. Salida de Metro Santa Ana y entre miradas de hielo y un genio de mil demonios tras la clásica jornada de rutina, un sonido que salvará el día, la semana, el mes quizás…


El: ¿Hola?

Ella: ¿Aló? Hola precioso. Qué milagro que contestaste, ya creí que la gran ciudad te había tragado.

El: Gran Ciudad, jaja. Si esto es un pueblo con más edificios y más rateros no más…

Minutos de feed clásico, preguntarse y desglosarse novedades de la familia, los conocidos, anécdotas varias…

Ella: Oye, ¿pero ha sido difícil?

El: En qué sentido…

Ella: En el que pensabas.

El: No, quizás en algunos, menos en esos.

Ella: Pero cómo, debe ser difícil lidiar con gente estresada, sulfurada, más abrumada, competitiva y freak masa de energúmenos.

El: Debiera, pero es como en “La Marcha de Las Hormigas” de Dave Mathews, ¿la recuerdas?

Ella: Cómo no recordarla…

El: Bueno, es como lo que pensábamos al oírla. Los que pasan a tu alrededor, son simples hormigas preocupadas de no perder la fila ni defraudar a la hormiga reina. Uno, desde esa perspectiva se puede parar a mirarlos mientras se fuma un pucho a la vera de camino.

Ella: ¿Y dónde está la dificultad entonces?

El: En uno, siempre en uno. Lo demás es adorno. Y sabes que el adorno arquitectónico de acá siempre me atrajo.

Un tipo sospechoso interrumpe el diálogo pidiendo fuego. El le entrega el cigarrillo sin mirarlo siquiera, usando cortante comunicación persuasiva en su máxima expresión.


Ella: O sea que no te vuelves…

El: No sé, bella. De alguna manera, “ya la hice”. Estoy tranquilo conmigo, y el resto sabes que no me importa. Capaz que sí vuelva.

Ella: ¿Por qué, echas de menos algo?

El: Conversaciones como esta…

Ella: Pero si tú siempre apagas el celular, grupiento.

El: Es verdad. No hablaba de charlas sino de reales conversaciones no superficiales. Es que lo bueno de estar acá es que empiezas a ponderar personas y la papelera de reciclaje asume más pega. Para estar escuchando líos de otros, mejor leo o escribo.

Ella: Entiendo… Inconsistencia que reprime. Pucha, pero llámame tú, aunque sea por cobrar, jaja. ¿Seguro que estás bien?

El: Puedes respondértelo tú misma.

Ella: Si sé, siempre estás bien. Pero si no, ya sabes. ¿Vas a cuidarte? ¿Lo prometes?

El: No, voy a seguirme aprovechando de esta metrópoli desencantada de sí misma. Tanto que si allá era el clima, acá son las chances las que cambian en todo sentido. Hoy estás en la cámara de gas y mañana pateas un penal sin arquero. Así de loca es la cosa…

Ella: Jojojo. Felicidades entonces, querido. De alguna forma, estás en casa…